Opinión

HVUT de la corrupción a la gloria

“Pueblo con poca memoria” han gritado muchos en el escenario público y político, habida cuenta que rápidamente y por el consumo masivo de malas noticias en nuestro país y en nuestro departamento, estas se van consumiendo y olvidando. Importante entonces destacar para recordar hechos gravosos que atentaron contra el patrimonio público, académico y social de nuestra querida Universidad del Tolima.

El caso del Hospital Veterinario de la Universidad del Tolima es tal vez el caso más escabroso en materia de presunta corrupción de los últimos tiempos en nuestro departamento, máxime porque, para la época del año 2014, varios miembros del Consejo Superior de la Universidad de diferentes sectores entre otros Gildardo Monroy, representante de los gremios, Fernando Misas, representante de los ex rectores, José Daniel Martínez Chaparra, representante de los estudiantes,  impetraron sendas denuncias penales al rector de la época ante la Fiscalía, Procuraduría, Contraloría y Comité de Moralidad Pública,  no solo denunciando este caso del Hospital Veterinario, sino “el incremento desmesurado de órdenes de prestación de servicios (ops) y contratos de prestación de servicios (cps), así como el valor de las mismas entre 2012 y 2015, así como también  el incremento del personal transitorio sin el cumplimiento de los requisitos legales”.

Era un festín la Universidad del Tolima, que llena de inservible burocracia, no solo atendía las exigencias de los políticos en el poder, sino que, con sus malas prácticas financieras, tenían en ROJO un déficit que superaba los 23 mil millones de pesos. 

Después de investigaciones, detrimentos y señalamientos, logramos desenredar la complejidad financiera y jurídica, salir del hoyo negro para revivir la obra, culminarla y que hoy sea un gran ejemplo para la sociedad Ibaguereña, tolimense y colombiana, obteniendo diferentes reconocimientos como el de Pet Industry que señalo al Hospital Veterinario como el mejor centro regional para la atención de animales, reconocimiento extensivo para su excelente Director Diego Echeverry, gran profesional y de férreas convicciones. La habilidad narrativa de aquellos que dicen ser impolutos y dueños de la moral para señalar a los demás de corruptos no les funcionará en este caso, como en muchos por no decir casi todos. Hacer responsable a los demás de su irresponsabilidad, es la conducta de quienes ostentaron el poder durante décadas en el Tolima, no hicieron nada y les quedamos debiendo.