Opinión

Ibagué ciudad cultural

Llegó el mes de junio y con él las festividades que hacen sentir más orgullosos a los ibaguereños. Desde el punto de vista cultural, el Festival Folclórico representa para nuestros coterráneos, la esencia de lo que somos, el homenaje perfecto a nuestras raíces, y la muestra clara de nuestras costumbres. En pocas palabras, las fiestas sanjuaneras y sanpedrinas, sacan lo mejor de cada ibaguereño.

Qué alegría poder celebrar el día del tamal, el día de la lechona, el día de la achira tolimense, el día del aguardiente Tapa Roja, porque son aquellos elementos distintivos que nos representan ante el país y el mundo, pero también porque detrás de cada celebración que conmemora a nuestros ancestros, hay diversas actividades que permiten que se dinamice la golpeada economía ibaguereña.

Estamos convencidos que además del divertimento que generan los desfiles del folclor, las muestras culturales y artísticas, los conciertos, entre otras actividades que suceden en junio, el comercio ibaguereño levanta con optimismo sus ventas, la ocupación hotelera sobrepasa los niveles esperados, y lo más importante, se cumple con la tradición de cada año y que se ha extendido durante decenas de generaciones desde 1959.

La Plaza de Bolívar, la Plaza Murillo Toro, y el Parque Centenario, hacen parte de esos escenarios insignias, que durante años han albergado a los mejores bailarines, cantantes, artistas locales, nacionales e internacionales, y que no pueden quedar relegados o en el olvido como desafortunadamente ha sucedido con la hoy abandonada Concha Acústica: “Garzón y Collazos”.

Que importante sería que en Ibagué viviéramos todo el año como vivimos en junio. Con festivales musicales y culturales a diario, con visitantes de todas partes del país, y con plazoletas, parques y salones a reventar de eventos multiculturales, amenizados por artistas locales, pues está más que demostrado, que aquí tenemos talento de sobra.

Por estos días de fiestas, desde luego hago un llamado a que las festejemos en paz. Que el consumo de alcohol sea de manera responsable, y que le demos prioridad a la cultura y el folclor tolimense por encima de las rumbas y los excesos. Que nos caractericemos por tratar bien a quienes nos visitan, que los vendedores y comerciantes de los diferentes sectores se destaquen por una excelente atención al cliente, pero principalmente, que cada ibaguereño con poncho, rabo de gallo y sombrero, le demuestre al mundo, lo lindo de nacer y vivir en esta tierra firme.