El calendario electoral culminó el periodo de inscripciones de candidatos para el periodo 2024 – 2027, he observado un entusiasmo movilizador en algunas candidaturas, que denotan el trabajo de mucho tiempo, candidaturas que cautivaron conmovieron y convencieron a un buen número de personas, que acompañaron en municipios a los candidatos de sus preferencias y de sus partidos.
Esa fuerza movilizadora genera esperanza e ilusión, pero además compromete a los candidatos en el inmediato futuro de la campaña y luego en sus gobiernos a cumplir con los sueños y las esperanzas de los ciudadanos. La gente, el pueblo necesita recobrar la esperanza, esa que debe convertirse en realidad, que soluciones sus problemas y consolide mejorar su calidad de vida, para ello reclamo de los candidatos dialogo permanente, cercanía a los ciudadanos, respeto por ellos y trabajo incansable.
Nuestra sociedad que discute entre la incertidumbre y la esperanza, debe conciliar en principios el futuro del país, las posiciones ejercidas desde la ideologización no pueden seguir haciéndonos daño, somos la suma de muchos enfrentamientos, polarización y generación de odios, el lenguaje violento de juicios paralelos no construye sociedad, menos ciudadanía, sorprende ver algunos que, con formación, reemplazan a la justicia y desde las trincheras de la virtualidad con rostro o sin rostro masacran la dignidad y la honra de sus opositores, esos sicarios los veo de un lado y de otro o se hacen llamar de izquierda o derecha.
La plaza pública, toma vigencia como escenario de argumentación, de discusión y encuentro, avivar la democracia con entusiasmo es necesario en medio de la desesperanza, este avivamiento debe darse con fundamento en lo que quieren los ciudadanos, la verdad, las cifras y el conocimiento del territorio. El conciliábulo y la componenda desde el escritorio, no pueden tener cabida cuando se llega a la gente, cuando la gente se moviliza entusiasmada a votar con fe y esperanza consignado el mandato popular. Cada vez más la gente por fortuna no traga entero, se entera, analiza, piensa, en contravía de las narrativas que quieren solo jugar al desprestigio de los demás, por su incapacidad y mediocridad.