El conflicto armado interno en Colombia ha hecho estragos de manera directa e indirecta a lo largo y ancho del país a través de los años. Desplazamiento forzado, pobreza multidimensional, problemas socioculturales, entre muchos otros, que han impedido sin ninguna duda, el desarrollo a gran escala de nuestras ciudades como quisiéramos que pasara, y como efectivamente pasa en el primer mundo.
A su vez, una de las consecuencias del conflicto y de la pobreza, ha sido la inseguridad que viven algunas ciudades principales como Bogotá, Medellín o Cali, pero también ciudades intermedias como la nuestra. Desde luego que reconocer por ejemplo que los atracos o la violencia entre pandillas son el resultado de un problema social, no tiene nada que ver con justificar estas conductas delictivas, pues soy de firmes convicciones que al que quebranta la ley y daña a otras personas o a sus propiedades, debe ser castigado con todos los recursos jurídicos y penales que brinda el Estado.
Desafortunadamente en Ibagué, en lo corrido de este año, y según cifras entregadas por la administración municipal, la inseguridad aumentó vertiginosamente. El robo de automotores aumentó en un 67%, el hurto a residencias en un 47%, mientras que el robo a personas incrementó 104 casos más respecto al año anterior. Es decir, vamos de mal en peor.
Y es que los problemas de inseguridad en Ibagué no son cuestión de solo cifras y percepciones de redes sociales. Cada que recorremos los barrios y las comunas, los ibaguereños nos manifiestan estar sumamente preocupados porque no pueden caminar tranquilos por algunas calles porque los roban o porque muchas veces sus pequeños negocios como ventas de arepas, empanadas o tiendas de barrio sufren las consecuencias de los bandidos que no dan tregua, y ahí tenemos un círculo vicioso que hay que combatir: pobreza, inseguridad, y violencia.
Nosotros le hemos venido proponiendo a los ibaguereños acciones contundentes para combatir la inseguridad y los flagelos que la rodean. Vamos a asumir el liderazgo desde la Alcaldía, para brindar las condiciones de seguridad y convivencia que la ciudadanía necesita para vivir tranquilamente. Vamos a ir de frente y sin descanso contra la delincuencia, y no solo con los ladrones que “raponean” o “cosquillean” en los buses, sino contra todo aquel que quiera generar violencia y romper los mínimos de respeto y convivencia ciudadana, porque ahí está el otro punto de quiebre: la falta de tolerancia, la falta de convivencia, el descontrol por cuenta de los excesos de licor y las riñas. Eso incluye a los maltratadores de mujeres, niños y adultos mayores, a los expendedores de alucinógenos que envenenan a nuestros jóvenes y a todo aquel que se beneficie de ese negocio.
Vamos a generar acciones puntuales de la mano de la Policía y las Fuerzas Militares, pero también de la ciudadanía. No más zonas vedadas o zonas de miedo en Ibagué, y no más parques para el consumo y distribución de vicio. Uno de los problemas que ha tenido nuestra ciudad recientemente y que tiene que ver con la seguridad y la convivencia, es la falta de autoridad. Desde ya les digo a mis paisanos, que no nos va a temblar la mano para enfrentar la delincuencia con toda la fuerza de la ley. Llegó la hora de recuperar la Ibagué tranquila que caminaban nuestros padres y abuelos. Por una Ibagué segura y en paz.