La gente se cansó de los privilegiados y sus privilegios, de tanta inequidad, pobreza, desempleo y falta de oportunidades, el país ya no aguanta más.
Por: Óscar Barreto Quiroga
La corriente de inconformismo en nuestro país, sin duda es el acumulado de una serie de circunstancias que, sumadas a lo largo de muchos años de violencia, inequidad y abandono del Estado, trae las consecuencias hoy vividas en nuestra sociedad.
La concentración en la tenencia de tierra improductiva, la economía de supervivencia y no de generación de riqueza, un sector industrial deficiente, la falta de apoyo al sector rural, turístico y de servicios, fomentan una economía informal que domina la generación de ingresos, de la clase media y baja colombiana, que representa las mayorías.
Los privilegiados se acomodan a las circunstancias, no les importan sino sus propios intereses, no les importa con quien aliarse, con tal de mantener sus privilegios, los hay en la política, en muchos gremios y en empresas grandes, se ven a todo nivel y por todo el país. Quienes hacemos política por vocación sabemos que, esta es para servir, no para servirse, lo hacemos por convicción y no por conveniencia, por eso damos cada batalla, aún a costa de nuestra salud física y mental, de nuestra propia tranquilidad.
El resultado de tanta inequidad es proporcional a los privilegios que, se les dan a unos cuantos, oligopolios enquistados no solo en el sector público, sino en el privado, que utilizan sus enormes recursos políticos, económicos e influencias, para mantener unos espacios de poder y crecer sus fortunas. La gente se cansó de los privilegiados y sus privilegios, de tanta inequidad, pobreza, desempleo y falta de oportunidades, el país ya no aguanta más. Por eso es tan importante avanzar en grandes y profundas transformaciones del Estado y de la sociedad, que beneficien a millones de colombianos especialmente con una economía en equidad, justa y abierta, que genere empleo y oportunidades de ingresos a la pequeña y mediana empresa, estas que no pueden verse afectadas y desestimuladas por los grandes impuestos y la excesiva tramitología.
Llegó la hora con firmeza de recorrer un nuevo camino hacia la equidad, la eliminación de los privilegios para unos cuantos, llegó la hora de privilegiar al pueblo colombiano.