El crecimiento económico de Colombia no puede seguir dándose en el sector financiero, debe ser en el aparato productivo del país el que genere riqueza y equidad.
Por: Óscar Barreto Quiroga
América Latina hoy sufre una gran crisis social y económica, la inequidad que genera desigualdad, falta de desarrollo, pobreza y hambre tiene por supuesto sus orígenes en los oligopolios, unos que manejan la empresa privada otros apoderados de la política, pero que mutuamente se sirven a escalas de creerse dueños del país con sus macabras dependencias y beneficiarios de los privilegios.
Es urgente y necesario una reforma estructural de nuestra economía y sobre el sistema financiero, que con costos elevados de sus servicios cada vez más vuelven esclavos a los ciudadanos que desesperados y sin alternativas, acceden a la barbarie que significa la bancarización y sus servicios. Parte de la informalidad de nuestra economía, es la formalidad para tratar al que menos tiene, al que quiere hacer empresa, al que denominan de clase baja o media, aquel que también es victima del mercado, de la obsolescencia de las cosas o simplemente como nos lo describen en su libro “repensar la pobreza” los Nobel de economía Abhijit Banerjee y Esther Duflo, donde debemos replantear los esquemas que abordan el hambre y la pobreza, así como los mismos conceptos técnicos que las definen.
El crecimiento económico de Colombia no puede seguir dándose en el sector financiero, debe ser en el aparato productivo del país el que genere riqueza y equidad, el agro, los servicios turísticos y tantos otros que generan circulación de dinero en todas las escalas y no como pasa ahora que solo genera riqueza para unos pocos. Los banqueros del país están convertidos en los mayores aportantes a la inequidad, a la pobreza y al hambre, la corrupción estatal como cáncer se ha irrigado hasta la empresa privada y juntos coexisten y se articulan para mantenerse en los escenarios de poder.
Los problemas que enfrentan a diario los más pobres en Colombia, están directamente relacionados con la falta de oportunidades, la pobreza es el desencadenamiento de una serie de circunstancias que someten, dominan y hasta fascinan a los que menos tienen, un marasmo entre el dominio de un sistema financiero abominable y una economía de mercado, que nos hace esclavos. Junto a David Barguil vamos a acabar los privilegios de los banqueros, a eliminar los oligopolios dominantes, a generar mas oportunidades basadas en la educación, la productividad, la seguridad, el campo y la familia, lo haremos de frente y sin miedo.